Juan Carlos Roque, escultor de sonidos
Yo conocí a Juan Carlos Roque un fin de semana, en una fábrica de anécdotas que llegó hasta mis huesos sin salir de la habitación, estuve junto a él en Güira de Melena, cuando nació, el día que decidió abandonar el magisterio por su verdadera vocación: el periodismo y cuando Radio Nederland dejó de existir. Supe que nunca se fue.
Él no imaginaba lo que su mera existencia o su presencia cautivadora e impulsora de caminos creativos, significaría para unos jóvenes trabajadores de una emisora municipal, que buscan todo el tiempo matrimoniarse hasta que la muerte los separe con este medio de ensueño, noviados con historias que contar de otra manera, pero con testigos, padrinos e invitados en franca oposición , incomprensión, con mucho amor hacia el medio de vida que puede implicar, no al modo en que se debe convertir, para quienes como nosotros lo idolatramos. Poder ver a Roque junto a nosotros es un privilegio, escuchar a su lado es un sueño hecho realidad, esta ha sido sin dudas la mejor semana de nuestra vida profesional, fue otra fábrica construida por él, una para el intercambio de saberes y sentimientos con cada voz, corte musical o efecto de sonido. Ahora este artista, pedagogo y delicioso ser humano es la luz, pero no al final de ese túnel oscuro y sucio que muchas veces es símil para la aceptación de lo diferente y no necesariamente malo, llega casi al inicio para indicarnos, rebuscando en nuestros corazones, que no hay fórmulas cuando de crear y creer se trate. Su última fábrica: Si el obrero industrial produce con sus manos, el artesano con las manos y el corazón, el escultor con las manos, el corazón y la conciencia, los documentales de Juan Carlos Roque, esos que citamos aproximadamente 20 veces al día en batalla campal contra la mediocridad, son esculturas que le han pedido ser hechas, pero con las capas que ellas mismas han exigido, él es el escultor de sonidos que continuará siendo nuestro paradigma.
Crónica de Lisandra Pérez leída en la Peña Página Abierta del periodista y escritor Reinaldo Cedeño, que auspicia el Centro Cultural y de Información Mons. Pedro Meurice.
